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27 de julio de 2021

 CORRIENTES Y OTRAS PROVINCIAS

Decretaron la emergencia hídrica y alertan sobre un agravamiento de la bajante

El Gobierno nacional dispuso un seguimiento constante de la situación del Paraná, además de fondos para garantizar el servicio de agua potable. Un estudio avizora que este crítico escenario se profundizará. 

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Foto: Sergio Galarza

A más de dos años del inicio de la bajante, el Estado nacional decidió tomar algunas decisiones con el objetivo de mitigar los efectos negativos que tiene este fenómeno en lo ambiental, en la navegabilidad y también en lo que tiene que ver con el servicio de agua potable, que ya tiene complicaciones en varios puntos de la región. 

En este contexto, se decretó entonces la emergencia hídrica para Corrientes y otras provincias que están sufriendo la bajante más prolongada de la que se tengan registros y la peor en cuanto a caudal, solo comparable con la situación crítica que se vivió en 1944.

La medida se toma por 180 días y a partir de ahora tanto el Ministerio de Desarrollo Productivo como el de Trabajo, Empleo y Seguridad Social establecerán las acciones pertinentes para la preservación de la actividad productiva y puestos de trabajo; mientras que Obras Públicas dispondrá y monitoreará la realización de obras de infraestructura.

Por otra parte, el área de Transporte observará las posibilidades de navegación y acceso a puertos, mientras que la Secretaría de Energía asegurará el abastecimiento de energía eléctrica. La idea es un trabajo conjunto con las provincias, entre ellas Corrientes, uno de los puntos donde la bajante se hace más notoria. 

Cabe recordar que hace pocos días se había dispuesto la conformación de un Comité de Crisis permanente para monitorear la bajante del río Paraná, y además se resolvió la creación de un Fondo de Emergencia Hídrica de $ 1.000 millones para la asistencia de las localidades afectadas.  

En el puerto de Corrientes, el registro fue ayer de 0,34 metros, manteniéndose en niveles críticos. Comparativamente, vale mencionar que en esta época del año el promedio debería ser de más de 3 metros en este sector del río. Una de las preocupaciones más fuertes es la posibilidad de que pueda verse afectada la provisión de agua potable, por lo que Prefectura está encargada ahora de monitorear las tomas. En la provincia, la empresa Aguas de Corrientes ya realizó varios ajustes y señalaron que está garantizado el servicio, aunque debieron reforzar y adecuar el proceso de potabilización para mantener la calidad. 

Mientras tanto, se siguen realizando monitoreo y estudios respecto al clima y a la situación del río a futuro. De acuerdo con el análisis realizado por el Instituto Nacional del Agua (INA), podrían registrarse algunas lluvias en las zonas de influencia, pero no se producirían en niveles importantes. 

En tanto, señalaron que en julio los promedios mensuales serían del orden de 0,27 metros, 3,41 metros por debajo de lo normal.

El informe presenta tres posibles escenarios, todos ellos desalentadores. El primero sería la continuación progresiva de la bajante actual, el segundo más crítico semejante a 1944 y un tercero aún con mayor prolongación de la situación crítica. 

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