Cuándo hay que abonar el huerto
Como cada año, cada vez que comienza una nueva temporada, hay que estar preparados para poner el huerto a punto, con todo lo que ello significa (abonado, poda, siembra, etc). Hoy en concreto vamos a hablar de una de esas tareas que tantas preguntas suelen tener, qué es: Cuándo abonar el huerto.
La hiedra, por ejemplo, necesitará fertilizante para crear hojas. Las petunias, por su parte, abono para la floración. Y un fresal, finalmente, requerirá de minerales que aseguren el fruto. Afortunadamente, la mayoría de productos incluyen los componentes para los tres procesos: nitrógeno (N), para la parte verde de la planta; fósforo (P), para la floración y desarrollo de raíces, y potasio (K), para el fruto. Y las proporciones adecuadas también vienen medidas en los productos que adquirimos. Así que es bastante sencillo saber qué hacer y qué aportar si sabemos qué carencia tiene nuestra planta.
Para la mayoría de las personas no es un misterio el hecho de que se tenga que abonar a las plantas. Es más, aquellos que ya tengan un huerto o ciertas plantas, seguro que disponen de productos fertilizantes para el cuidado de las mismas. No obstante, siguen habiendo ciertas preguntas que mucha gente se hace: ¿Cuándo abonar el huerto? ¿Con qué frecuencia?
En este artículo vamos a resolver estas dudas y más. Por ello, si estás pensando en cultivar tu propio huerto, te recomiendo que sigas leyendo para averiguar más acerca de los tiempos de abono.
Antes de explicar cuándo abonar el huerto, vamos a dejar claro qué es el abono. Se trata de una sustancia orgánica o inorgánica que sirve para aumentar la calidad del suelo, incrementando el nivel de nutrientes para los cultivos. Es importante saber que el sustrato que le echamos a las macetas y tiestos ni las tierras naturales cuentan con nutrientes infinitos. Por ello debemos abonar la tierra cuando sus minerales y vitaminas se agotan.
El reino floral necesita ciertos macronutrientes primarios para sustentarse. Estos son el nitrógeno, el potasio y el fósforo. A parte, las plantas requieren varios elementos químicos más. Según cada especie vegetal, sus necesidades alimenticias varían, al igual que el nivel de consumo. Lo único que todas tienen en común es que no pueden seguir alimentándose una vez que ya no queden nutrientes naturales en el sustrato o en la tierra. Es en ese momento cuando es imprescindible abonar.
¿Cuándo se debe abonar?
Durante la fase de desarrollo y antes de que comience la germinación del capullo flora, es importante abonar las plantas. Generalmente, este periodo de florecimiento tiene lugar durante la primavera y en verano. No obstante, los tiempos pueden variar según la especie vegetal.
Cuando las plantas se encuentran en su fase de crecimiento, es aconsejable abonar la tierra cada siete o diez días. También es más conveniente abonar con menos cantidad pero en periodos de tiempo más cortos que utilizar una gran cantidad de abono en plazos de tiempo más amplios.
¿Cuándo no se debe abonar?
Al igual que es importante saber cuándo abonar el huerto, también lo es saber cuándo no debe hacerse. Cuando fertilizamos la tierra cuando no toca, podemos causar unas consecuencias fatales para las plantas.
Por norma general, cuando los vegetales están recién trasplantados no deben ser abonados hasta que hayan pasado unas semanas. Esto se debe a que el nuevo sustrato ya debería contener los nutrientes necesarios para el desarrollo de las plantas. Lo mismo ocurre con los vegetales recién comprados. En este caso, se recomiendo esperar alrededor de un mes y medio antes de fertilizar la tierra por primera vez.
Tampoco debemos abonar la tierra cuando esté seca, si no regarla generosamente. De forma contraria, el abono podría llegar a quemar las raíces secas del vegetal
Generalmente, tampoco es aconsejable utilizar fertilizantes en invierno, ya que no es habitual que sea la época de florecimiento de las plantas. Obviamente, cuando se trata de especies que sí se desarrollan durante esta época, debemos abonar la tierra.
En cuanto a las plantas enfermas, no es recomendable fertilizarlas. Primero debemos esperar a que la especie se recupere. Es importante recordar que el abono es una reposición de alimento, no se trata de una cura para los vegetales afectados por alguna enfermedad, hongos o insectos.
Aspectos a tener en cuenta
El estado de la planta nos puede indicar si necesita nuevos fertilizantes y nutrientes, sólo tenemos que estar atentos. Estos son algunos indicios de que los vegetales están desnutridos:
- Hojas amarillas
- Caída de las hojas con cierta frecuencia
- Falta de crecimiento o crecimiento anormal de la planta
- Flores más pequeñas de lo normal
Cuando se dan estos casos, lo más recomendable es preparar un abono especial para enriquecer el sustrato y así alimentar a las plantas.
¿Cómo abonar la tierra del huerto?
Ahora que ya sabemos cuándo debemos abonar y cuándo no, vamos a comentar el procedimiento. En primer lugar debemos remover toda la capa superior del sustrato. Para poder hacerlo más fácilmente y llegar hasta el fondo, es recomendable vaciar las macetas parcialmente. De esta manera, todo el sustrato queda suelto y descompactado al finalizar. Después hay que añadir el abono en el tercio superior perteneciente a la maceta y removerlo un poco para que se mezcle con el sustrato.
No obstante, es importante recordar que cada especie vegetal tiene sus propias necesidades en cuanto a los nutrientes. Las hortalizas que más nutrientes consumen son las siguientes: Berenjenas, calabazas, calabacines, melones, pimientos, sandías y tomates. En cambio, las que producen un único fruto suelen consumir menos normalmente. Entre ellas se encuentran las cebollas, las espinacas, las lechugas, los rabanitos y las zanahorias. Por ello podemos encontrar algunos fertilizantes específicos para ciertas hortalizas o frutas, como por ejemplo para los tomates o para las fresas.
¿Por qué se abona el campo con estiércol?
- Se reciclan los nutrientes suministrados a los animales.
- Es un fertilizante ecológico.
- Se protege la calidad del agua (los nutrientes del estiércol son más difíciles de lixiviar en las fuentes de agua y aguas subterráneas).
- Elimina virus, hongos, bacterias y semillas de malas hierbas.
- Produce biogás.