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17 de julio de 2021

 El peligro de comprar sandía o melón en trozo

AnuncioLas frutas cortadas están expuestas a contener una gran cantidad de microorganismos patógenos si no siguen algunas medidas higiénicos.

Estamos en una época donde el consumo de fruta troceada es un producto muy demandado en los supermercados. Desde el melón, la sandía, coco, etc, son muchos los puestos que venden estos productos en plastico, para que el consumidor no tenga que cortarla y consumir en el acto.

Pero entre las frutas estrellas que más se consumen en este formato, cortadas, encontramos la sandía y el melón. Estos cortes suelen venir a una cuarta parte de su tamaño e incluso su corte más popular, por la mitad. Esto, entro otros motivos, es por el bajo grupo de consumidores en el hogar, individual o parejas, o menor peso a la hora de cargar con el.

Se ha vuelto común encontrar cortadas algunas frutas y verduras grandes pensando en las familias pequeñas o en las personas que viven solas que no podrían consumirlas enteras a tiempo. Además, suele ser una dificultad guardarlas en la heladera por el gran espacio que ocupan.

Pero esta práctica, sino se toman los recaudos necesarios puede implicar un riesgo para nuestra salud. Podríamos contraer salmonelosis, listeriosis o E.coli, por ejemplo.

Lo que pareciera facilitarnos la compra de estas frutas y verduras ya envueltas con film transparente, no es la mejor opción. Te contamos por qué.

Al cortar la fruta, estamos rompiendo la protección natural que aísla la parte comestible del ambiente. Las frutas y las verduras pueden tener en su superficie microorganismos patógenos como Salmonella, Listeria o Escherichia coli (E.coli), de manera que, si no se lavan correctamente antes de cortarlas, pueden pasar al interior”, explica Beatriz Robles, dietista-nutricionista y tecnóloga de los alimentos en su libro “Come seguro comiendo de todo“. En pocas palabras, podríamos sufrir una intoxicación alimentaria.

La especialista recomienda para no tener problemas, lavar bien todas las frutas y verduras y que se ingieran con piel (las que sea posible y de origen orgánico) o pelarlas. Y unas vez peladas, volverlas a lavar porque en la manipulación y el arrastre del cuchillo puede generar la expansión de microorganismos.

En palabras de Robles: “En la piel puede haber microorganismos que arrastramos con el cuchillo al interior al pelarlas. Así que lo primero es lavar”. También recomienda que el lavado sea por unos minutos dejando la fruta o verdura en remojo con su cáscara en una solución de 3L de agua por 1 chucharada de lavandina (lejía) o según lo que indique la etiqueta del producto para este fin. Luego, enjuagar muy bien.

También resulta peligroso que la fruta cortada no esté refrigerada, sino exhibida a temperatura ambiente en el súper o verdulería. “También puede haber una contaminación procedente del operario o de los utensilios de cortado. Si la fruta cortada no se mantiene refrigerada, se favorece el crecimiento de los microorganismos y, como es un alimento listo para el consumo, no hay ningún tratamiento posterior que mejore sus características higiénicas”, explica Robles.

Otro punto a destacar es que el uso desmedido de este film es un aporte más a la generación de residuos ya que es un plástico que no es posible reutilizar. Incluso en los supermercados se envuelve y pone en bandejas frutas y verduras con cáscara, algo absurdo ya que cuentan con su propia protección natural.

Con toda esta información, ahora podremos elegir mejor de qué manera vamos a comprar nuestras frutas y verduras y tomar los recaudos necesarios de higiene para mantener nuestra buena salud.

Vía: EXCELENTE.-

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