El calabacín es rico en nutrientes y tiene un proceso de crecimiento simple. Descubre cómo hacerla crecer en tu jardín y disfruta de sus beneficios en tan solo un mes y medio.
El calabacín, conocido en algunos países como zapallito o zucchini, es el fruto de una variedad de planta cuyo nombre científico es Cucurbita pepo. Compuesto por abundante agua y vitamina C, la práctica de sembrar y cuidar calabacín es accesible para cualquier huerta.
Tiene un origen disputado entre Asia, México y el sur de los Estados Unidos, pero debido a su calidad nutricional y bajas calorías, se consume comúnmente en muchas partes del mundo. Se planta para una amplia variedad de usos y la cosecha suele tardar solo un mes y medio.
¿Qué debo tener en cuenta para el cultivo?
Si bien sembrar y cuidar calabacín es una tarea de jardinería sin muchos inconvenientes, hay que poner atención en algunos detalles importantes que pueden arruinar la planta. Por ejemplo, el clima.
Los calabacines necesitan una temperatura cálida y no soportan las heladas, por lo que la plantación debe realizarse en épocas primaverales. Lo ideal es que su desarrollo se genere con un clima de entre 25 y 35 grados centígrados. Además, precisan un terreno amplio.
Otro aspecto fundamental es la humedad de la tierra. Quizás lo más complejo de su desarrollo sea el manejo del agua, ya que requieren buenas cantidades, pero sin exceso o formación de charcos. Un suelo con drenaje evita estos inconvenientes.
Por último, las condiciones nutritivas de la tierra deben ser óptimas. El nivel de pH adecuado oscila entre 5,6 y 7,5, algo que se puede corregir con fertilizantes. Lo ideal es que ocupen un espacio con mucha luz solar, ya que precisan entre 6 y 10 horas diarias de exposición.
¿Cómo sembrar calabacín?
Para sembrar y cuidar calabacín existen dos caminos: por un lado, comprar una planta crecida que esté lista para trasplantar a tierra. Por el otro, comenzar con las semillas desde cero.
En este último caso, se puede utilizar una bandeja para colocar una semilla por orificio, junto con 3 milímetros de mezcla para maceta. Luego regarlas bien y dejarlas al sol entre 4 y 6 semanas.
Una vez que brote la segunda tanda de hojas, significa que están listas para trasplantar. La parcela requiere una preparación previa. Removerla con rastrillo para que quede ventilada, humedecerla bien, eliminar las malas hierbas y mezclar fertilizante a 5 centímetros de profundidad es lo ideal.
Los plantines deben ponerse unos 2 centímetros por debajo de la superficie y cubrir con tierra hasta tapar la raíz. Si se cuenta con semillas, se deben depositar entre 2 y 3 por montículo de tierra, con una distancia de al menos 50 centímetros. Es probable que germine más de una, entonces se debe dejar la más fuerte y podar con delicadeza las demás.
El riego inicial tiene que ser profundo, para que el plantín logre enraizar. Cuando las hojas se muestren un poco decaídas, volver a humectar.
Se repite el proceso hasta que aparezcan las primeras flores, momento en que los riegos deben intensificarse. Es necesario un suelo que permanezca húmedo, con la precaución de no generar charcos.
5 consejos para cuidar el calabacín
Veamos consejos útiles para el cuidado del calabacín. Seguirlos asegurará que el cultivo sea exitoso.
1. Controlar la humedad
La planta de calabacín soporta un clima con temperaturas altas, pero no un exceso de humedad. Es importante que el suelo tenga buen drenaje. En caso contrario, un poco de arena puede colaborar. Además, exige mucha materia orgánica; algo que aportan los abonos simples.
2. Poda y flores
Sembrar y cuidar calabacín exige un proceso de poda que requiere atención. Al inicio, basta con eliminar los plantines más débiles. Luego, lo fundamental es quitar las hojas antiguas y deterioradas.
Las flores, sobre todo las que ya dieron frutos, tienden a caerse y pudrirse con rapidez. Hay que retirarlas en seguida, ya que pueden convertirse en foco de plagas.
3. Colaborar con el crecimiento
La polinización es un proceso natural que llevan a cabo insectos como las abejas. Sin embargo, como la planta de calabacín posee flores machos y hembras, es posible realizarla de forma manual.
Para eso hay que tomar una flor macho, de tallo largo y estambre, y frotarla dentro del bulbo de una flor hembra. Esta última posee un tallo más corto.
4. Cosecha frecuente
Una de las características del calabacín es la velocidad con la que crecen sus frutos. Estarán listos entre 40 y 60 días después de sembrados.
Para retirarlos tienen que medir entre 10 y 15 centímetros. Si se cosechan con frecuencia, van a crecer más seguido, hasta que caigan las heladas. La tarea consiste en cortar el fruto desde el tallo duro que lo une con la planta.
5. Proteger de las plagas
Sembrar y cuidar calabacín requiere atención a las posibles plagas. Las más comunes son la mosca blanca, la araña roja y los pulgones.
Una buena medida preventiva es colocarle una malla protectora al comienzo del desarrollo y retirarla cuando haya crecido. La cercanía con aromáticas, como la albahaca, ayuda a repeler insectos. También es importante extraer con frecuencia las malas hierbas.
Sembrar y cuidar calabacín en el hogar
Para quienes disponen de una huerta abundante, hay algunas plantaciones con las que la Cucurbita pepo se asocia mejor. Por ejemplo, el maíz, la col, la lechuga y el tomate. Por el contrario, no se lleva bien con la papa, la calabaza, el pepino o el melón.
En cuanto al cultivo, algunas personas recogen las flores además del fruto. Su consumo es popular en muchas partes del mundo. Se sirven como acompañamiento o rellenas con requesón y freídas.