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14 de julio de 2021

 ALERTA AMBIENTAL Y COMERCIAL

El río llega a su nivel más crítico y temen por el desabastecimiento de combustibles

La marca ayer fue de 0,16 m, comparable solo con el récord histórico de 1944. Se complica la llegada de barcazas y crece la preocupación por el estado de la fauna íctica. 

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Foto: Chiara Conti

La situación de emergencia por la bajante afecta al río Paraná hace ya dos años y los registros no dejan de alarmar. Si bien es cierto que el escaso caudal es una realidad desde mediados de 2019, el Instituto Nacional del Agua (INA) advirtió que la realidad tiende a agravarse. 

La marca de ayer fue de 0,16 metros en la costa capitalina, rozando así la situación más crítica que tuvo el río desde que se tienen registros. De acuerdo con  los datos históricos, esta bajante es comparable solo con la de 1944, ya que antes y después de ese año no se dieron marcas tan bajas. 

En este contexto, se encienden las alarmas por diferentes motivos como la fauna íctica y asoma también una fuerte preocupación por la navegabilidad y la posibilidad de que haya problemas de abastecimiento de ciertos insumos. Entre ellos, uno de los más importantes y que llega en gran medida en barcazas, como el combustible. 

En este contexto, asociaciones de estacioneros ya emitieron un comunicado expresando el estado de alerta, que se conjuga también por el dominio de la hidrovía, que podría quedar en manos del Estado. 

En este sentido, desde la cámara que nuclea a los estacioneros de Chaco y a otras entidades del NEA expresaron que, a la situación de bajante extrema, se suma “el pobre mantenimiento que tienen los riachos donde están los puertos de descarga de barcazas de combustibles para las petroleras”. 

Asimismo, señalaron que las complicaciones son el resultado de que no se está efectuando un dragado eficiente y temen que en manos del Estado la situación pueda agravarse. 

Si bien es cierto que los combustibles llegan a la región en camiones, un importante volumen también lo hace a través de las barcazas. Así, con los índices de movilidad alto y una demanda en crecimiento, empresarios del sector hidrocarburífero estan en alerta por la bajante y el mal estado de la hidrovía. 

Ambiente

La situación de la fauna íctica en Corrientes es también motivo de preocupación. Desde la Dirección de Recursos Naturales de la Provincia expresaron al respecto que el último desove medianamente en buenas condiciones se dio en 2018. A partir de allí, con el inicio de la bajante, la situación se complicó y aseguran que todas las especies corren riesgo a corto, mediano y largo plazo. 

Justamente por esto, la Provincia decidió sostener una veda estricta, la cual, según aseguran, no tendrá cambios hasta que el río logre alcanzar al menos los tres metros de altura. Mientras tanto, los controles y las restricciones se sostendrán a pesar de algunos leves repuntes que puedan llegar a darse, tal como pasó en enero de este año. 

Previsiones

La bajante no da tregua y los análisis hechos a mediano plazo no son alentadores. Los estudios realizados por el INA y el Servicio Meteorológico Nacional advierten que esta situación se mantendrá al menos hasta fines de septiembre, aunque no existen argumentos para pensar que después de esa fecha pueda iniciar un proceso de normalización.

El motivo son las escasas lluvias en las zonas de influencia, que seguirán de la misma forma al menos dos meses más.

Los pronósticos más alentadores estiman que recién para fin de año podría darse un repunte medianamente estable en todos los tramos del Paraná, incluida la costa correntina. 

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