PREOCUPACIÓN | EL PARANÁ, EN NIVELES HISTÓRICOS
Bajante del río: crearon un fondo especial para garantizar el servicio de agua potable
La Nación invertirá unos $ 1.000 millones en compras y adecuaciones de bombas de extracción. En Corrientes, la empresa sigue de cerca la situación y ya hizo ajustes.
La pronunciada bajante que tiene el río Paraná desde hace tiempo no deja de generar preocupación y, finalmente, a dos años del inicio de esta tendencia, el Estado nacional decidió crear un sistema de asistencia para las provincias que se encuentran afectadas por este fenómeno natural, entre ellas Corrientes.
De esta manera, se constituyó un fondo especial que alcanza los $ 1.000 millones, que apunta a generar soluciones para los diversos inconvenientes que genera el escaso volumen de agua.
Así, la idea es garantizar, en primer término, la extracción de agua para potabilizar en las diferentes ciudades, donde ya se debieron realizar algunos ajustes para sostener el servicio en los domicilios.
La mesa de trabajo a nivel nacional compilará la información técnica oficial para poder realizar un análisis integral de la situación y el monitoreo en forma permanente de todos los aspectos que derivan de esta bajante. Así, se conformarán mapas dinámicos de riesgo que permitirán un mejor seguimiento y una planificación más eficaz.
Los fondos podrán ser destinados para la adquisición de bombas y dragados para tomas de agua, adecuación de canales, cañerías y pontones para tomas temporarias.
Según señalaron desde la empresa Aguas de Corrientes, en la toma principal de la planta potabilizadora de la capital tuvieron que hacer algunos ajustes para garantizar el servicio en la ciudad.
Si bien la toma de agua se encuentra en una zona profunda del Paraná, la pronunciada bajante obligó a hacer ciertas adecuaciones. Además, tuvieron que reforzar también el proceso de potabilización propiamente dicho, ya que se advierte mayor turbiedad que cuando el río está en sus niveles normales.
En Goya y Esquina, en tanto, las bombas debieron reubicarse para poder seguir sacando el agua y garantizar el servicio en esas localidades y sus alrededores.
Tras el anuncio realizado por la Nación, será la Prefectura Naval Argentina la que realizará el relevamiento y control sobre las tomas de agua y ejecutará acciones sobre el abastecimiento de agua potable, la navegación, el ecosistema y la generación de energía.
La bajante actual del Paraná es la más importante que está ocurriendo en nuestro país en los últimos 77 años. El déficit de precipitaciones en las cuencas brasileñas del río Paraná y del río Iguazú, y la sequía son factores determinantes. Desde 2019 las precipitaciones en la cuenca han estado por debajo de las medias mensuales de los últimos 10 años.
En Corrientes, el nivel sigue por debajo de 0,30 metros, marcando récord y con escasas perspectivas de mejoras de acuerdo con lo que dicen los análisis a mediano plazo, que estiman que la bajante se mantendrá sin grandes cambios al menos hasta fines de septiembre.
Alerta comercial y ambiental
Si bien el esquema de emergencia creado por el Gobierno nacional responde especialmente a garantizar el aprovisionamiento de agua potable en las ciudades afectadas por la bajante, hay cuestiones comerciales y ambientales que también causan una fuerte preocupación.
Desde el área de Recursos Naturales de la Provincia reforzaron los controles a la pesca no habilitada, ya que sigue rigiendo una veda estricta, atentos a que los peces no logran reproducirse en buenas condiciones hace al menos dos años.
En tanto, empresarios del combustible están alarmados porque peligra la normal navegabilidad de las barcazas por el escaso caudal de agua y es por ese medio que llega un porcentaje importante de la nafta y el gasoil a esta región del país.